LAS CONFESIONES DE UN LÍDER JUVENIL
¡Ay, que duro es ser líder juvenil, que duro es ser pastor de jóvenes!
Pues trabajar con jóvenes no es lo mismo que trabajar con niños.
Los niños cuando son pequeños, son tan tiernos que dan ganas de comértelos, pero cuando llegan a ser adolescentes uno se pregunta porqué no se los comió, pues te arruinan la vida.
¿A cuántos de ustedes no les gustaría contar en sus iglesias con jóvenes leales, como Sam a Frodo o Robin a Batman?, pero te encuentras con jóvenes que tienen complejo de foto, pues primero son NEGATIVOS y después se REBELAN los desgraciados.
¿A cuántos de ustedes no les gustaría tener jóvenes espirituales, pero tienes a estos otros que son como una “pechuga de pollo”: Pura carne.
¿A cuántos de ustedes no les gustaría tener jóvenes amantes de la luz… pero tienes a otros que son amantes de la luz, de la juanita, de la rosita, etc.
¡Jóvenes con Dones espirituales! Y no como estos que…CONDONES andan trayendo en el bolsillo de los jeans.
Jóvenes entregados al Señor, pero a veces tienes que asegurarte bien de que su espiritualidad sea honesta y no una burda imitación.
Como aquel joven que oraba fervientemente- “Señor te doy la Gloria, dame la Victoria”. Cualquiera diría que este muchachito es un joven muy espiritual, pero este infeliz en realidad estaba sentado al lado derecho de su novia “Gloria” y al lado izquierdo de la amiga de su novia, “Victoria”. Por eso que oraba tan ferviente –“Señor te doy la Gloria… dame la Victoria”-
Y hablando de espiritualidad responsable, no faltan aquellos que aluden a tener sólidas vidas de oración, como aquel a quien su Pastor le preguntó a qué hora se levantaba a orar y él dijo:
-Bueno… eje… mmmm…ehhh…ahhh…me levanto como a las TRES.
Es decir, cuando ya es medio día, me digo a mí mismo, Levántate, a las una, a las dos y a las TRES-
O el otro que cuando le dicen que debe interceder por sus amigos del ministerio juvenil, al llegar la noche se arrodilla y dice:
-Ya Señor ¡UN, DOS, TRES por mí y por todos mis compañeros!- Y se queda dormido el infeliz.
O como a otro que le preguntaron, qué tipo de pasión movía su corazón, el cual respondió: -Mi corazón es movido por una pasión Evangélica-
¡Claro! Y quién no, si las dos hijas del Pastor se llaman justamente una Eva y la otra Angélica. ¡¡¡Eran las hermanas Eva Angélica!!!
Y no falta aquel que mientras toda la congregación canta la alabanza “manda la lluvia”, éste canta una alabanza especial titulada “manda la Rubia”.
Por último, es inevitable no contar en tus filas a aquel que en vez de orar: “Señor, heme aquí, envíame a mí” dice “Señor, Heme aquí, envíamela a mí”.
También depende de los recursos con que cuentas para el ministerio juvenil, pues no es lo mismo tener un ministerio juvenil en una iglesia acomodada, como en una iglesia pobre.
Me ha tocado ver ministerios con mucho dinero y recursos, tanto así, que el pastor cuando llega a la iglesia, ¿creen ustedes que lo hace caminando o en un coche? ¡¡¡No!!! Llega en helicóptero. Cuando predica le dice a la congregación: -Hermanos el pasaje de hoy se encuentra en el Evangelio de Juan, así que abran sus Laptops en Juan1:1.
Tanto es el dinero que tienen, que un día una muchacha muy afligida se acercó a su Padre y le dijo sollozando: -Papi, tengo que contarte algo… perdí mi virginidad. A lo que el Padre sin angustia le dijo: -Pero no importa, yo te compro otra, te hago un cheque… ¡Eso es el colmo! Por eso digo que le Dinero no hace la felicidad… la compra.
Con esos recursos ni imaginar las que uno puede hacer en el ministerio juvenil.
Como la vez que visité ese ministerio juvenil que tenía tanto dinero que sin problemas tenían ¡Tres escenarios simultáneos! En un escenario un trío entre Marcos Witt, Ricardo Montaner y Marylin Manson, en el segundo escenario el Show de Dante Gebel y en el tercer escenario una lucha de Sumo entre Benedicto XVI y Billy Graham.
Por otro lado también conozco esas iglesias pobres y esos ministerios juveniles tan precarios, pero con mucho deseo de hacer cosas nuevas.
Es más, les contaré una indiscreción, yo vengo de una población muy pequeña y pobre, era tan pequeña que todos decían que era un lugar de primera… pues si ponías segunda en el auto, lo pasabas inmediatamente.
Obviamente el ministerio juvenil era muy pobre, era tan ordinario el ministerio juvenil que llegaba a ser EXTRAordinario!!!
El predicador no tenía dinero para una Biblia, así que cuando predicaba lo hacía con pancitos de vida.
En verdad éramos pobres, tanto así que no nos alcanzaba ni para reprender demonios, así que reprendíamos puros Pokemones.
No sólo el factor económico influye en un ministerio juvenil, además está el tipo de liderazgo, por ejemplo yo veo dos extremos en los tipos de liderazgo actuales, está el liderazgo demasiado administrativo y el liderazgo demasiado improvisado.
Estos dos tipos de liderazgo los relaciono con dos actividades muy orgánicas y cotidianas, por ejemplo el Liderazgo demasiado administrativo lo relaciono con ir al Baño,
- El líder llega a su lugar de trabajo con una “Gran Carga”.
- Se “Sienta”, espera que “Todo le saaaaaalga bien”.
- Y una vez terminado, se “Enfrasca en papeleos y papeleos” para luego sentirse con un “Gran peso menos”.
En la otra esquina relaciono al Liderazgo demasiado improvisado con meterse los dedos en la nariz.
- El improvisado enfrenta la situación casi por instinto como el meterse un dedo en la nariz.
- Trata de ser más profundo, pero no puede al intentar meter su dedo hasta el fondo de la nariz buscando, pero no puede más.
- Y cuando cree tener la situación en sus manos, le da vueltas y vueltas, pues no está preparado, y es el rey de la improvisación.
- Pero lo más terrible es que este desgraciado piensa que lo que hace puede servir de provecho para los demás, pero al final todos nos damos cuenta que su improvisación es una porquería de liderazgo.
Pero, lamentablemente no estamos muy bien en cuanto hablamos de liderazgo juvenil en nuestra Latinoamérica.
Se estimó hace unos pocos años que del 100% de Ministros cristianos, el 90% trabajaba con la población mayor de edad, del restante, sólo un 5% intervenía en los jóvenes, adolescentes y Pre-adolescentes.
La sorpresa fue que en nuestro contexto, del 100% de la población de nuestras iglesias, un 60% pertenecen a estos menores de edad y un 40% pertenecen a los mayores de edad… es decir, la MAYOR CANTIDAD de personas que participan en nuestras iglesias no tienen mentores ni liderazgos firmes que les pastoreen.
En este tercer milenio se dice que nuestros jóvenes no tienen referentes, buscan desesperadamente imágenes a las cuales aferrarse, iconos con los cuales identificarse, guías a los cuales seguir, lamentablemente los encuentran en artistas o gente de los medios de comunicación que son mentalmente adolescentes tan inestables e inmaduros como aquellos chicos detrás de las pantallas.
Por otro lado, en nuestras iglesias decimos muchas veces que los jóvenes son el futuro, eso quiere decir que si son el futuro, no nos preocuparemos de ellos ahora sino en el futuro.
Hubo un joven en el Nuevo testamento, aparece en el libro de Los Hechos, su nombre era Juan Marcos, acompañó a dos superhéroes de la fe, Bernabé y Pablo, al primer viaje misionero patrocinado por la Iglesia de Antioquía, pero en el camino este joven los abandonó y se volvió a Jerusalén.
Pasaron cerca de dos años y cuando estos gigantes de la fe quisieron hacer un segundo viaje misionero, Bernabé decide tomar nuevamente a Juan Marcos como ayudante (Era lógico entenderlo, pues era su sobrino), pero Pablo no está de acuerdo y se produce una discusión que alcanza un tenor tan alto que estos amigos se separan.
Gracias a Dios la historia no terminó ahí para Juan Marcos, pues años después se reconcilia con Pablo, y Pedro lo toma como su Hijo Espiritual.
¡Quién lo iba a pensar! Este joven como muchos, pudo haber quedado varado en el camino, haber hipotecado su futuro y tirando la toalla, derrumbarse en el fracaso, pero no, tuvo a Bernabé, que creyó en él, y qué curioso, pues justamente Bernabé significa “Hijo de Consolación”.
Hoy, muchos chicos abandonan nuestras iglesias, deciden claudicar su compromiso y tirar su fe por la borda, pues cuando fracasan en su vida espiritual no hay a su lado “Hijos de Consolación” que crean y se la jueguen por ellos, no tienen “Rocas” o Pedros en el camino para aferrarse cuando todo se vuelve inestable.
Hoy, cuando leo los evangelios y me topo con el segundo en orden, llamado “Evangelio de Marcos” me pregunto, ¿Qué pasaría si Marcos hubiese quedado solo enfrentando sus luchas, combatiendo en el más completo abandono sus propios gigantes? Si hubiese pasado eso, me aventuraría a decir que hoy tendríamos sólo Tres Evangelios.
¿Cuantos “evangelios” en nuestra actualidad han quedado sin escribir? ¿Cuantas hazañas no podremos nunca escuchar? ¿Cuantas victorias no podremos nunca celebrar? pues hemos relegado a nuestros jóvenes a un grupo sin mayor importancia y nos hemos privado de generaciones enteras de héroes que murieron en el silencio y alejados de Dios.
Por eso, repitamos como Pablo al decirle a Timoteo:
“Te ruego que me traigas a Marcos, pues me es útil en el ministerio”.